Negociaron su liberación a cambio de su traslado hasta Vinaròs, donde un centenar de personas se enfrentaron a la policía local de esa ciudad
La polémica sobre la venta ilegal de productos falsificados en el paseo marítimo y playas de Peñíscola parece no ver la salida del túnel. A las agresiones y amenazas se les une ahora el secuestro de un autobús con su pasaje por parte de un grupo de vendedores acosados por la policía de Peñíscola. Sobre la una de la madrugada se produjo la enésima trifulca entre agentes de la policía local del grupo nocturno de Peñíscola y un grupo de vendedores.
Durante la semana se han ido encadenando amenazas de muerte e insultos a los miembros de la policía local de Peñíscola por parte de los manteros, que han llegado a “amenazar de muerte” a los agentes según fuentes del Consistorio. Así les llegaron a advertir que “la mafia de del Senegal vendría a matarlos”, por no dejarles vender los productos. El pasado miércoles se produjo un punto de inflexión cuando los agentes “hartos” de amenazas decidieron interponer una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil. En la madrugada del viernes al sábado y en una de las jornadas de mayor ocupación turística de la temporada se procedió por parte del grupo nocturno a identificar a los vendedores para evitar la venta de productos en la calle.
Sobre la una de la madrugada, los vendedores recogieron sus bultos y uno de los vendedores se dirigió a uno de los agentes espetándole: “estás muerto” y haciendo la acción de cortarle el cuello, explicaron las mismas fuentes. Además le escupió. En ese instante el agente persiguió al vendedor para identificarlo tras esta amenaza y la persecución se prolongó hasta el autobús, donde se amotinaron. Una vez allí, según las fuentes, una veintena de vendedores secuestraron a todo el pasaje del autobús de Autos Mediterráneo, que une Peñíscola con Benicarló y Vinaròs, con la amenaza de no permitirles bajar si no se les llevaba hasta Vinaròs, población de la que acude la gran parte de los vendedores que acuden a Peñíscola.
Los vendedores ambulantes utilizan para comunicarse la tecnología de los teléfonos móviles, con los que se comunican entre ellos y alertan de rondas de la policía y controles tanto en vehículos privados como autobuses. Entre las exigencias figuraba la de descargar toda la mercancía o no bajaría nadie. La policía local, que se hallaba en el autobús, no bajó del vehículo y rápidamente alertó a la Benemérita. Además bajó a la práctica totalidad de los ocupantes “excepto a cinco que se quedaron en la parte trasera y no se pudo acceder a ellos sin agravar la situación”. La Guardia Civil se hizo cargo de la situación y movilizó y puso en alerta a agentes de las otras poblaciones, como Vinaròs y accedió al traslado hasta Vinaròs. En el interior se quedó el jefe de la policía local. Al llegar a esta localidad, en la parada les esperaban más de un centenar de vendedores y sus familiares, en una actitud agresiva.
Según fuentes conocedoras de los hechos, “las mujeres se tiraban por el suelo simulando agresiones y se montó un lío considerable”, ante la incredulidad de los pasajeros que tardaron más de 4 horas en poder bajar del autobús en Vinaròs. Los problemas los tuvieron posteriormente los agentes del cuerpo policial de Vinaròs, que recibieron toda clase de amenazas que se prolongaron en el retén durante el día de ayer. El cansancio entre los agentes de la policía local es evidente ante esta clase de situaciones. Peñíscola ha expresado su malestar por una situación que le supone tener que reforzar con un número muy destacado de agentes para atajar esta venta ilegal, que infringe ordenanzas, supone una competencia desleal y no paga impuestos. La Guardia Civil ha realizado una única operación a principios del verano en Peñíscola y se intervino un mayorista en Valencia que vendía mercancía a los manteros.
NEGOCIO Y como en tiempo de crisis cualquier fuente de ingresos es bienvenida, algunos de los ocupantes del autobús secuestrado y testigos del acto han llamado a las redacciones de distintos medios de comunicación ofreciendo vender imágenes de esta nueva trifulca que ha tenido lugar en la costa del Maestrat.