El día 7 de diciembre nos reuniemos en Morella carlistas procedentes de los Reinos de Valencia y Aragón y del Principado de Cataluña principalmente. Celebramos la sublevación popular más que militar que se opuso al golpe de estado del cambio ilegal de la ley de sucesión de Fernando VII al morir éste. Ya en 1833 Morella se convirtió en un bastión del carlismo naciente. Y en ese año tomó las armas Cabrera y se mantuvo fiel a la Causa legitimista hasta 1975, dos años antes de su muerte, llegando a ser el principal dirigente del partido con Carlos VII. Ante su monumento pondremos una corona de laurel destinada a todos los que dedicaron sus esfuerzos a la causa de Dios, la Patria y el Rey en alguna etapa de su vida. Porque en ese afán no hay puertas: se trata de una comunión de hombres libres y se entra y se sale según dicta la conciencia de cada cual. Sobre todo estarán en nuestro recuerdo y nuestra oración los que pagaron con su vida su lealtad a unos ideales imperecederos y a la dinastía que los abandera.
Sentido del homenaje
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