Ni la lluvia ni el intenso frío de esta mañana han logrado deslucir la celebración de Sant Antoni en Santa Magdalena, uno de los municipios de la provincia dónde esta tradición festiva está más arraigada. Los actos se han iniciado con una despertà por parte de los vecinos organizadores de la fiesta, que en esta edición han sido los de las calles Ermita, Mar, Eres, Canteres, Sotarro y parte de la Avenida Luis Torres Morera, que desde hace unos meses han estado trabajando muy duro para confeccionar un amplio programa festivo.
Sobre las 12 del mediodía, tras la celebración de la eucaristía ha tenido lugar la bendición de todos los animales, así como la actuación del Grupo Infantil de Danses Magdaleneres, que han demostrado una vez más la gran cantera de artistas que tiene el municipio. Pero sin duda alguna, todo el protagonismo se lo han llevado los participantes en la procesión, una de las más numerosas de los últimos años, dado que han sido muchas las collas de vecinos y amigos que han engalanado carros y carruajes y caballos para salir en procesión con la imagen del santo, que era portada por uno de los mayorales de más edad en el carro “triomfant”, adornado por hojas de palmera.
Cerraba la procesión la Agrupación Musical de Santa Magdalena. Tras la procesión, por las calles de la fiesta, todos los participantes han sido obsequiados, casa por casa, con toda clase de pastas, tanto dulces como saladas, en lo que se conoce como la “gorra”, acto que también se repite por la tarde, cuando los mayorales abren de par en par sus casas para ofrecer sus mejores viandas.