Muchos agricultores han tenido que dejar su vivienda rural para evitar la respiración del intenso humo
Arde desde el martes. Los vecinos observaron durante el día la presencia de una nube, que atribuyeron a trabajos de trituración de biomasa. Pero no fue hasta el la madrugada del jueves –nit de la cremà de las fallas y cuando hay más efectivos de bomberos dispersos por numerosos puntos del término municipal- cuando desde este cuerpo se informó de su actuación en el incendio que arrasó buena parte del material inerte acumulado en la planta de residuos de la construcción y demolición del consorcio comarcal gestionada por Traimed.
Entonces se informó del almacenamiento de productos como restos de maderas y otros enseres y que el fuego estaba evolucionando muy intensamente ayudado por el viento que soplaba en la zona que hizo peligrar la maquinaria industrial de triaje de los materiales.
Desde entonces distintas dotaciones de bomberos apoyados por camiones nodriza que han movilizado cientos de miles de litros de agua han empapado las instalaciones y tratado de controlar las llamas. El fuego persiste, a tenor de la intensa humareda todavía ayer presente a pesar de los casi 80 litros/metros cuadrado caídos en apenas 24 horas. La situación indigna a los vecinos que ayer denunciaron el descontrol y constantes incidencias de esta planta, que se ha incendiado por los menos en dos ocasiones y provoca molestias a sus vecinos más inmediatos.
Se esperaba que con el control y gestión de los residuos tras su separación y triaje se acabarían los incendios en el vertedero, los incendios intencionados por buscadores de chatarra y la contaminación ambiental producida por las emisiones a la atmósfera con los incendios, pero no es así. Esta semana la planta de Traimed lleva ya cinco días ardiendo.
El viento aleja el humo
Por fortuna el viento del noreste con rachas de hasta 50 km/h están alejando el humo de Benicarló, aunque está muy presente en las inmediaciones del Corral del Petiquillo, autopista AP-7 y camí dels Moliners. “Si cambiara el humo y se fuera hacia la ciudad tendríamos un problema grave”, señala José Urquizu Vizcarro. Este vecino, como muchos otros, no entiende cómo se tardó tanto en actuar y cómo no se utilizaran medios más contundentes para atajar el fuego. “Con algunos viajes de un helicóptero el martes se hubiese apagado con facilidad, no entendemos que esté tantos días en llamas”, indicó. En esta zona rural de Benicarló son muchos los trabajadores de explotaciones agrarias que residen temporal o permanentemente en el campo que han decidido bien ir a comer o dormir en la población ante los efectos del intenso y penetrante humo, que dudan que pueda ser inocuo para la salud. “La planta es un problema permanente, dicen que cumplen la ley y que cumplen a rajatabla los requisitos que se le impusieron pero está claro que no se controla o funciona correctamente a la vista de los hechos”, señalan.