Desde este fin de semana y hasta el 15 de abril, se suceden en Peñíscola las actividades religiosas y culturales. Según explica Mossén Manel, “las celebraciones religiosas tienen un aire muy peñiscolano, son distintas, muy emotivas y participativas”, señala. Entre las diferencias con otras localidades, el sacerdote explica que “el Jueves Santo realizamos una procesión que en otros lugares no se hace, con la imagen del Cristo Crucificado y la Dolorsa”. Son los marineros quienes portan la imagen de Cristo, vistiendo un traje de marina. La gente de la localidad y también “los forasteros”, como denominan a los turistas, participan en los actos religiosos que se centran en el casco antiguo amurallado.
Las cofradías de la Dolorosa y el Cristo Yaciente en el sepulcro con sus trajes procesionales y sus pasos, acompañados de los más de 30 miembros de la banda de bombos y tambores, creada en 2007, hacen enmudecer a quienes contemplan las procesiones. Tal vez uno de los actos más destacados, explica el capellán de Peñíscola, es el viacrucis del Viernes Santo. “Se celebra en los jardines del Papa Luna. Tiene mucho colorido, por su contacto con la naturaleza, con el mar a los pies y el verde de los jardines”, describe.
En ella participan los adultos que realizan las distintas paradas a pie por los bellos jardines y al día siguiente participan los más pequeños”. Una vez finalizado el acto se vuelve hasta la Iglesia donde se puede c ontemplar el Lignum crucis de Clemente VIII, un pedazo de madera de la cruz de Jesucristo y que trajeron los Templarios a la localidad hace más de siete siglos. Forma parte del relicario papal. El domingo la procesión del Encuentro reúne a la Virgen y al Cristo Resucitado en la calle Mayor. Al acto asiste la corporación municipal y la banda de música que aporta el toque festivo a la jornada de Ramos.