A pesar que probablemente no se alcancen las 60.000 pernoctaciones, los hoteleros ven en estos grupos la posibilidad de desestacionalizar el destino en un futuro No son las 60.000 pernoctaciones anunciadas por Javier Moliner en Fitur pero, a pesar de los avatares e inconvenientes surgidos a raíz del conflicto en Ucrania y la crisis monetaria de Rusia, los primeros turistas rusos comienzan a llegar a Peñíscola. Ayer lo hicieron un total de 42, que se repartieron entre los hoteles Ágora, Hostería del Mar, Acuazul, Casablanca y Gran Hotel Peñíscola. La próxima semana lo harán al Peñíscola Plaza Suites y las esperanzas son que vayan en aumento las reservas. Esta nueva nacionalidad estará por Peñíscola hasta finales de septiembre. [gallery link="file" columns="2" ids="14218,14219"] “Temíamos que se hubiese paralizado completamente la operativa y vemos que al cabo de unas semanas de los primeros fam-trips empezaron a entrar reservas en serio y hace unos 20 días teníamos unas 400 estancias y seguramente estaremos cerca de las 600 a día de hoy. Hay que valorar que ya están aquí y si finalmente son 25.000 pernoctaciones, bienvenidas sean, porque partíamos de la nada”, indicó Francisco Ribera, director del Gran Hotel. De momento el sector turístico se plantea la actual temporada como el inicio de una amistad con unos operadores que hasta ahora tan solo traían rusos a la Costa Brava. A pesar que las intenciones iniciales deseaban que acudiesen a Peñíscola en temporada baja, lo cierto es que lo harán en pleno verano. “De momento hay que sembrar”, apuntó Ribera. En un futuro las intenciones pasan por tratar que vayan viniendo durante toda la temporada. “Por las circunstancias se ha arrancado tarde la operativa, pero entiendo que el próximo año ya vendrá gente desde el mes de marzo o cuanto abran los hoteles”, agregó Ribera. En el hotel ya saben desde ayer quienes son los rusos. El personal se especializó en conocer sus costumbres y vocabulario básico. Todos los documentos del hotel, web, cartas y dossieres se han traducido a su lengua. “Al turista ruso le gusta España y ya conocen la Costa Brava y Costa Dorada, de manera que quieren volver y ver algo nuevo”, explica uno de ellos. Y Peñíscola supone toda una novedad. Tour Coral ha trasladado trabajadores que estarán pendientes de sus clientes rusos, incluso dos personas para las ludotecas de dos de los hoteles peñiscolanos de manera que no existan problemas lingüísticos de ninguna clase con los pequeños. “Son turistas muy exigentes, que buscan cosas bien hechas y conocer la cultura, pueblos, hacer excursiones a Valencia, Barcelona y otros pueblos. Hay turistas de distinta capacidad económica, desde estudiantes con presupuesto justito que quiere conocer España hasta gente con disposición de gastar mucho dinero”, señalan desde el hotel. Javier Murua es uno de los trabajadores del hotel, responsable de la Atención al Cliente, que se formó el pasado invierno en ruso durante cuatro horas y media todas las tardes de la semana. Asegura que “estamos preparados, repasando algunas palabras y frases con los apuntes pero no hay problema a pesar de la dificultad del vocabulario que es tan distinto. Sabemos cómo leer el alfabeto y no habrá problemas porque les pedimos que bajen el ritmo o hablamos en inglés como alternativa”. Aeropuerto de Castelló Las relaciones con los agentes de viajes y los operadores de Tour Coral son fluidas “buenas sensaciones y habrán pasado 240 agentes de distintas agencias de Rusia que han venido a conocer este destino”. Los turistas rusos hacen una primera escala vía Salou, tendencia que podría variar en el momento en el que el aeropuerto esté operativo. “Tal vez entonces el mayorista se plantee vuelos chárter completos para la zona de aquí que sería lo ideal”, concluyó el director del hotel.]]>
Llegan a Peñíscola los primeros 42 rusos de la operativa anunciada en Fitur
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