La lluvia caída en primavera ha dejado buenas reservas en el interior
Con el aumento de las temperaturas son muchos los bañistas que aprovechan las playas de interior para refrescarse. Las aguas de ríos, peceras, azudes, estanques y balsas naturales acumulan agua que es aprovechada por animales y personas para refrescarse y mitigar los efectos del calor. Son la alternativa de interior a las playas costeras.
El río Sénia, a su paso por la Pobla de Benifassà, aguas abajo del embalse, estaba ayer repleto de bañistas que aprovecharon la gran cantidad de agua en superficie que hay este año para disfrutar de sus parajes, áreas recreativas y piedras para darse un chapuzón. Algo similar pasaba unos kilómetros más arriba en el embalse, donde el agua acumulada permitía el uso recreativo del líquido elemento. En el Molí l’Abat existe un embarcadero y el nivel de agua embalsada propicia que muchos atrevidos bañistas salten decenas de metros desde el puente de la carretera. El nivel de agua acumulada es tan alto que en pleno mes de agosto el embalse sigue desaguando, gracias a las lluvias caidas este mismo verano. El área recreativa de les Ombries era ayer un mosaico de nacionalidades. Sus usuarios realizaban las más variadas actividades: desde navegación en kayak, juego de pala, nado, paseos y juegos con perros, hinchables o dedicándose a la cuestión gastronómica, en plan pic-nic.
A pesar del intenso calor de estos días el agua de río conserva unas bajas temperaturas, ya que de noche siguen siendo moderadas.
También en zonas del Cervol o en las playas naturales del río Bergantes, en Sorita, son aprovechadas por los bañistas. Las lluvias precipitadas esta primavera han permitido borrar de la mente este año el frecuente déficit hídrico del norte e interior de la provincia