Un real decreto publicado el pasado fin de semana establece medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y la electrocución en líneas eléctricas de alta tensión. El aumento del número de líneas y tendidos eléctricos instalados en el medio natural no garantiza la inocuidad para las aves, con el subsiguiente riesgo de electrocución. Las investigaciones han puesto de manifiesto que entre las principales causas de mortalidad de aves se encuentran la electrocución y la colisión en las estructuras de conducción eléctrica, hasta el punto que supone actualmente el principal problema de conservación para especies tan emblemáticas como el águila imperial ibérica, el águila-azor perdicera u otras grandes rapaces.
La normativa establece la necesidad de aislar los elementos de alta tensión con conductores desnudos situadas en las zonas de protección de aves (ZEPA) ya sea en sus conductores, amarre, travesaños del armado, alargadera, apoyos y postes u otros. La normativa se aplicará a las líneas eléctricas aéreas de alta tensión con conductores desnudos de nueva construcción y a las existentes a la entrada en vigor.
Los territorios designados como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), de acuerdo con los artículos 43 y 44 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad son su principal ámbito de aplicación. En el plazo de un año a partir de la entrada en vigor del real decreto, el órgano competente de cada comunidad autónoma determinará las líneas que no se ajustan a las prescripciones técnicas. Las torres de nueva construcción se proveereán de salvapájaros o señalizadores dispuestos cada 10 metros.