Edicions H. Jenninger abre una oficina editorial con vocación de exponer artistas todo el año
Al margen del cercano convento de Benifassà, que fue durante siglos un importante centro espiritual y del saber hasta la llegada de las guerras, la peste y, por último su desamortización, la Tinença de Benifassà no cuenta con iniciativas privadas relacionadas con la cultura y el arte. Por no tener, en los pueblos hoy agrupados entorno a la Pobla de Benifassà no hay ni una biblioteca pública, a pesar de la existencia de un colegio con ocho niños.
Esto ha acabado ya con la apertura de la oficina de Ediciones H. Jenninger (EHJ), que en sus dos plantas reúne todo el hardware y software necesario hoy en día en el mundo editorial y una sala de exposiciones a nivel de calle. En el número 20 de la calle del Riu, Hildegund Jenninger, de nacionalidad alemana pero afincada desde hace años en la Pobla de Benifassà, brinda su espacio a todos aquellos interesados en el arte y en su producción literaria. Desde la Pobla, un pueblo de menos de 100 habitantes, los libros de EHJ se venden a todo el mundo. Los visitantes de la comarca pueden, previa confirmación telefónica, visitar las instalaciones que cuentan con obra de Peter Blaas, J.C. Bonet Vallribera, Pietro Fortuna, Eugen Gomringer, Hans Grosch, Harald Gsaller, Tony Moore, Tommy Schneider, Josep Vallribera, Nobuko Watabiki o Jean Willi. Estos días se muestran fotografías de Vallribera y serigrafías de la japonesa Nobuko Watabiki o el sueco Bengt Olson. Una de las obras más recientes es Prax, de Felipe Boso y que cuenta con artistas como José Antonio Caceres, Elena Asins, Herminio Molero, José Luis Castillejo, Guillem Viladot y Fernando Millán. Otras de las aportaciones son de la talla de J.M. Calleja, Xavier Canals, Eduard Escoffet, Bartomeu Ferrando, Santi Pau Bertran, Josep Vallribera y David Ymbernon o la carpeta Catorce retratos de mujer de Cis Lenaerts y el poeta Antonio Colinas.
Hildegund explica que la propuesta surgió de la necesidad “de poder mostrar mejor el trabajo que hago, exponer la obra y mostrar carpetas con comodidad”. Además el espacio suple la falta de oferta de la comarca que cuenta con varios pintores, escultores y artistas visuales. “No es una galería pero pueden llamar y les enseñamos el espacio”, explica. Es precisamente ahora en verano cuando los turistas llegan en mayor número. “Poco a poco pasan y miran, nos estamos dando a conocer y esperamos que funcione el boca a boca”, explica. “Una editorial de arte es muy compleja ya de por sí, también es atípica nuestra ubicación, algo que se suple al trabajar internacionalmente con artistas de distintas nacionalidades y tenemos contactos con galerías, instituciones y museos de todo el mundo. La gente de aquí puede aprovechar esta posibilidad. Algunos no lo entienden del todo pero ven que es una cosa seria y respetable y nos animan en este espacio de creación en el que se puede trabajar con tanta tranquilidad”, añade.
Hildegung completa su trabajo viajando y mostrando su obra. “Vivir en la Pobla hace que no tengas un contacto directo con la gente pero vivimos en el siglo XXI y con internet tienes conexión con quien quieras porque todos están conectados”, concluye. Este punto de la Tinença une a artistas austriacos, alemanes, suizos, italianos, bolivianos, suecos y otros creadores del estado. La galería y estudio se inauguró a mediados de julio y no faltaron amigos y artistas.