Ver prostitutas en el norte de Castelló, donde no se habían visto prácticamente hasta ahora, ya es de lo más normal. Los conductores advierten en los principales viales la presencia de mujeres dedicadas a la prostitución en localidades como Alcalà de Xivert o Santa Magdalena, Benicarló y Vinaròs principalmente.
Las mujeres suelen ocupar lugares estratégicos como el acceso a la estación de Vinaròs y paradas de autobús en Benicarló, pero donde más visibles son es los accesos a caminos rurales desde la transitada N-340, señalizadas y protegidas, a la vez, por vistosas sombrillas de colores.
Paradójicamente las meretrices han desaparecido de la carretera a Ulldecona, en las inmediaciones de Alcanar y cada vez son más discretas en la N-340 cerca de Sant Carles de la Ràpita. Así ahora dejan la sombrilla abandonada y se acercan si llegan clientes. La menor presión policial en las carreteras valencianas ha podido motivar la proliferación de la práctica de la prostitución en las calles. Cataluña está penalizando la prostitución en la vía pública y ha creado ya un archivo de clientes y prostitutas y comenzado la identificación de mujeres que están recibiendo sanciones de hasta 2.000 euros pero que podrían llegar a los 30.000 euros.
El alcalde de Santa Magdalena, Sergio Bou, ha admitido la presencia de estas mujeres en la zona de la Ratlla del Terme, que separa su localidad de la de Alcalà de Xivert, donde no generaban demasiadas molestias. “En ocasiones los propietarios de las fincas o caminos se han quejado y me consta que ha ido la Guardia Civil para pedirles que se ubiquen en otras zonas, pero la cifra de mujeres permanece estable y no ha ido en incremento”, explicó el primer edil. En este tramo de la N-340 se concentran hasta cuatro mujeres, situadas a pocos metros del tráfico a lado y lado de la carretera.