Anualmente se atropellan en la provincia más de 150 animales de distintas especies
Astérix y Obélix se los comían al final de las historietas de Albert Uderzo. Pero los jabalíes, al margen de cazadores y comensales a parte, no hacen ninguna gracia a quien se los encuentra circulando por carretera, llegando a causar daños en vehículos cuantiosos y la pérdida de vidas humanas en accidentes. Son, año tras año, la especie que más accidentes de tráfico causa en la provincia de Castelló.
Según las estadísticas facilitadas por el subjefe de la DGT en Castelló, Arturo Bernat, en 2012 las víctimas humanas en accidentes fueron 15, la misma cifra que llevamos en 2013, y el total de animales atropellados que constan en el listado de accidentes con animales es de 157. En lo que llevamos de año han muerto en carretera o intervenido en accidente un total de 131. Son los jabalíes (66 en 2012 y 57 en lo que llevamos de 2013) las especies que aparecen en mayor número, seguidas de los perros (44 en 2012 y 50 en 2013), cabras (nueve en 2012), vacas (tres en 2012 y 2013), aves (siete en 2013) y zorros (cuatro en 2013). Le siguen aunque en menor medida, ovejas, equinos, cabras, tejones, cerdos, felinos, corzos y otros no identificados. A falta de los datos de lo que resta de año, se prevé un 2013 con un número mayor de accidentes con animales implicados respecto al año anterior. Por meses los más problemáticos son el de noviembre, diciembre, octubre, enero y septiembre.
La A-23, CV-10 y AP-7 las más conflictivas
Por su proximidad a zonas naturales, intensidad en la circulación y envergadura de los mismos, los viales en los que se registran mayor número de accidentes en los que intervienen los atestados de la Guardia Civil son la A-23 (20 en 2012), la AP-7 (16 en el mismo año) y la CV-10 con la misma cifra. Le siguen en menor medida la N-232 con nueve casos, la N-234 y N-340 con siete, la CV-15 y CV-141 con seis, la A-7 con cinco y la CV-11 o CV-16 con tres y una larga lista de viales con menos accidentes de este tipo.
Llegan ya a la costa del Maestrat
El día de Halloween, a las 23 horas el susto se lo llevaron los ocupantes de un vehículo que sufrió un accidente de tráfico con daños materiales graves mientras circulaba por la CV-135 en dirección a Càlig causados por una manada de jabalíes. La Guardia Civil de Tráfico del destacamento de Benicarló se hizo cargo de realizar unas diligencias que son ya frecuentes. En los últimos años, el abandono del campo, la proliferación de vertederos y el descontrol de los censos de especies cinegéticas están provocando más problemas que nunca.
Samuel Santana, teniente del subsector de la Guardia Civil de Tráfico de Castelló, señaló que la llegada de animales salvajes, que recorren muchos kilómetros hasta llegar a la costa “son más habituales en la temporada de caza cuando los animales se desplazan a las zonas urbanas y son más frecuentes los accidentes con animales”.
Santana apeló al sentido común y al Reglamento General de la Circulación de “adecuar la velocidad a las circunstancias de la vía, teniendo en cuenta todas las circunstancias que concurren y en este caso en el que se puede prever la incursión de animales en la vía, adecuar la velocidad de manera que podamos detener el vehículo ante cualquier circunstancia imprevisible en la carretera”.
La ley exime a los cotos
La Ley 17/2005 establece que en accidentes de tráfico ocasionados por atropello de especies cinegéticas será responsable el conductor del vehículo cuando se le pueda imputar incumplimiento de las normas de circulación. También que los daños personales y patrimoniales en estos siniestros, sólo serán exigibles a los titulares de aprovechamientos cinegéticos o, en su defecto, a los propietarios de los terrenos, cuando el accidente sea consecuencia directa de la acción de cazar o de una falta de diligencia en la conservación del terreno acotado. También podrá ser responsable el titular de la vía pública en la que se produce el accidente como consecuencia de su responsabilidad en el estado de conservación de la misma y en su señalización.
Una reciente modificación legislativa exime a los propietarios de cotos de tener que indemnizar de manera directa los daños ocasionados en sus vehículos a no ser que el vial discurra por un coto, haya una imprudencia en el mantenimiento del cercado del coto y se trate de un día de caza, lo que dificulta a las compañías de seguros cobrar por los daños que sufren los vehículos accidentados.
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