El presidente de la cofradía de pescadores de Peñíscola, Miguel Castell, que presentará su candidatura a la presidencia de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de la Provincia de Castelló, se mostró ayer “escéptico” y extrañado por las intenciones de la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación de proteger y vigilar las dos reservas marinas naturales de la Comunidad Valenciana, entre ellas la de la Serra d’Irta.
A juicio de Castell, la nueva lancha supondrá sin duda una mayor vigilancia a los pescadores. “Ya no sabemos ni qué decir, porque estamos muy vigilados en la actualidad”, explica. Además para el presidente de la cofradía peñiscolana “más o menos vigilancia ya da igual, lo extraño es que en teoría ese trabajo de vigilancia ya lo hace la Guardia Civil”. Pero para Castell la situación para la pesca es dramática y “llena de dolores de cabeza”, por eso ironizó pidiendo que lo contraten a él “porque seguro que me sacaría más dinero ahí”. La parte positiva, a su juicio, es que “por lo menos crean puestos de trabajo”. Hasta octubre los astilleros interesados pueden optar a construir un lote de dos embarcaciones destinadas a la vigilancia y control de la Serra d’Irta, en Castelló y el Cap de Sant Antoni en Alacant. El presupuesto es de 355.932,20 euros, 420.000 IVA incluido.
Las embarcaciones deberán ser de casco y cubierta de aluminio, interior de porexpan de alta densidad, una eslora total de 9,90 metros y una manga de 2,93 metros. En el motor se requieren motores marinos diseles con un régimen de 4.000 rpm, con una potencia de 220 CV propulsados por dos hidrojets. La velocidad de crucero demandada es no inferior a 22 nudos y una máxima de 28 y autonomía de 150 millas a velocidad de crucero. Las embarcaciones deberán contar además con un sistema antifouling mediante ultrasonidos para minimizar el impacto medioambiental, radar de alta definición, puente de dos coronas de leds azules de alta densidad, radiobaliza con GPS integrado. La embarcación estará adaptada para dos tripulantes y podrá llevar al menos a ocho personas más. Las embarcaciones se entregarán por el astillero en un plazo de cinco meses la primera unidad y dos meses después la segunda en el puerto que establezca la administración.
El Ministerio pide una garantía mínima de 12 meses contra defectos y de otro año para todo el equipo de a bordo desde la entrega de los navíos. Zonas de alto valor protegidas por ley El PORN del Parque Natural de la Serra d’Irta incluye la creación de una Reserva Marina de interés pesquero con un anchura de 1.000 metros hacia el mar. A la escasa ocupación humana del medio litoral se une un medio marino continuo y relativamente homogéneo, lo que posibilita un excelente estado de conservación de las comunidades biológicas allí asentadas, incluyendo a las poblaciones de especies de interés pesquero y los mecanismos ecológicos que regulan éstas. La potencialidad pesquera de la zona no ha pasado desapercibida para el sector pesquero ubicado en las inmediaciones. La zona es utilizada como caladero por la flota artesanal de los puertos de Peñíscola, Benicarló y Vinaròs.
La flota pesquera artesanal que opera en estas aguas utiliza una serie de artes entre los que se encuentran trasmallos para especies como la sepia (Sepia officinalis), el langostino (Penaeus kerathurus) y el lenguado (Solea spp.), además de otras artes como los cadufos para la captura de pulpo (Octopus vulgaris), palangres de fondo para la captura de espáridos y las artes de solta para especies como la mabra (Lithonathus mormyrus), sargo (Diplodus spp.) y bonito (Thunnus alalunga). Las especies pesqueras más representativas son el pulpo (Octopus vulgaris), el salmonete (M. barbatus y M. surmuletus), la sepia (Sepia officinalis), la dorada (Sparus aurata), la mabra o herrera (Lithonathus mormyrus) y el langostino (Penaeus kerathurus). Por otro lado el Cabo de Sant Antoni fue declarado reserva natural el 9 de noviembre de 1993 y ocupa una extensión de 110 hectáreas, situado frente a la localidad de Xàbia. Desde el cabo puede verse hacia el norte la ciudad de Denia y el Golfo de Valencia, y al sur la bahía de Xàbia.
Sus acantilados tienen alturas de hasta 150 metros sobre el nivel del mar. La reserva protege una zona de transición entre las costas bajas y arenosas con materiales detríticos del golfo de Valencia y los acantilados de hasta 150 metros típicos del norte de la provincia de Alicante y que se encuentran protegidos mediante el parque natural del macizo de Montgó. Estos factores propician un variado relieve submarino que posibilita la existencia de varios ecosistemas.