Nunca antes un Papa había sido tan fotografiado ni un músico tan valorado, pero en otro ámbito artístico. Por un momento los flashes de las cámaras de los turistas que visitan la localidad costera de Peñíscola, acaparan las miradas de muchos de los vecinos del municipio, y todos se preguntan qué o quien visita Peñíscola, y es que una celebridad y personaje muy importante vigila las puertas del Castillo. “Cabezón por sus convicciones religiosas y por estar en contra de la elección a dedo de un nuevo Papa”, según explicaba Jordi Pau, director del Castillo de Peñíscola, ha sido una figura relevante y muy influyente para su época. Estamos hablando de Benedicto XIII más conocido como el Papa Luna, aunque en este caso de su escultura que fue creada por el también famoso cantante Sergio Blanco, componente del grupo Mocedades y del dúo Sergio y Estíbaliz. Y es que, como si de un famoso se tratase, padres e hijos inmortalizan el momento, en algunas ocasiones sin saber muy bien qué significó el Papa Luna para Peñíscola. No importa cómo se hagan la foto porque el pontífice no se opone a cualquier originalidad. Sentados a su lado, por encima o mirándolo fijamente, la cuestión es que está causando furor entre las instantáneas de los visitantes que esperan uno detrás de otro para inmortalizar el momento.
De la música a la escultura
De enormes medidas esta escultura del “eurovisivo” Sergio Blanco, sigue siendo una sorpresa para muchos vecinos de la localidad y de los pueblos vecinos que no se imaginan que detrás de esta escultura esté uno de los componentes de Mocedades y del dúo Sergio y Estíbaliz. Y es que, tras tener problemas con su discográfica se puso manos a la obra hasta descubrir su faceta de escultor, algo que comparten muchos otros músicos, que tras estancarse musicalmente deciden buscar otras vías artísticas para sentirse realizados. Y uno de sus resultados es la escultura del Papa Luna en la que Blanco quiso reflejar al pontífice en su mejor momento. “No es de extrañar que la atracción de la escultura sea más bien por su creador que por el personaje en sí”, aseguraba Pau. Es inevitable subir al castillo y encontrarse, primero que nada, su figura recibiendo imponente a los visitantes de la fortaleza, en la cual, el Papa Luna encontró protección por su inexpugnable situación, pues como explicaba el director Pau, “ningún arma de entonces podía derrocar la fortaleza”. Ahora con el ataque masivo de los “flashes” de las cámaras, el pontífice se ha quedado sin protección alguna. Por ese motivo el director del castillo explica que “en ocasiones hemos tenido que impedir el paso a la imagen del Papa Luna para que el público se realice fotos, pues no queremos que la escultura se acabe dañando”.