Desde el Consistorio señalan que “han hecho todo lo posible y apoyado a los vecinos pero estas actuaciones exceden de nuestras competencias”. Compromís trasladó la preocupación de los afectados
La consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, ha transmitido a la diputada de Compromís, Mònica Oltra, que las competencias para frenar las inundaciones en las urbanizaciones de la primera línea de costa de Peñíscola “corresponden al Estado”, ya que la Generalitat no puede actuar en el dominio público marítimo-terrestre. La Generalitat se intersó por esta problemática planteada en una pregunta parlamentaria y la Administración General del Estado contestó al Consell que “trabaja en distintas actuaciones para mejorar la estabilidad del cordón de dunas de la playa”.
Oltra se interesó por la problemática recogida por Levante de Castelló en el que se veía a los propietarios de locales y apartamentos tapiar los accesos desde el mar a sus propiedades para frenar los reiterados y dañinos efectos de los temporales sobre sus propiedades. Paralelamente representantes de las urbanizaciones Voramar, Promar, Mercera, Mar Blau y residencial Kronos, que agrupan a 669 viviendas, 66 garajes, 437 pñazas de hotel y aproximadamente 5.000 personas dirigieron una carta a Soledad Becerril, Defensora del Pueblo, en el que denunciaban la inacción de la administración y “los nulos efectos” ante las inundaciones que sufren. Las viviendas fueron construidas hace 32 años pero fue con la remodelación de la playa y construcción del paseo ejecutadas por el Ministerio de Medio Ambiente cuando comenzaron los problemas “con inundaciones graves hasta en 10 ocasiones”, lo que conlleva angustia a los vecinos a la par que los responsables de Costas y de las distintas administraciones “no plantean ninguna solución”.
Dunas artificiales como solución
En los últimos años el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, hoy de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha creado un sistema dunar artificial que ha revestido de vegetación con el objetivo de tratar de frenar las embestidas del mar sobre el paseo y que la fuerza de los temporales arroje enormes cantidades de agua del mar sobre el paseo. El edil de Urbanismo, Romualdo Forner, admitió que “a pesar que hemos tenido distintas reuniones y hemos escuchado, apoyamos y comprendemos las peticiones de los afectados, las posibles soluciones en esta zona de dominio público exceden de las competencias y capacidades de nuestro ayuntamiento, ahora que están tan cuestionadas las competencias de las administraciones y las duplicidades. Y lo cierto es que ahí no podemos hacer nada. Tal vez lo ideal sería un arrecife o espigón mar adentro que restara fuerza a las olas en caso de temporal”. Algo que, indicó “es muy costoso y no estamos en época de realizar estas inversiones”, agregó.
Sobre la idoneidad de la regeneración dunar, el edil advirtió que “lo cierto es que no se ha dado, en los últimos años, el temporal perfecto que nos garantice que la solución de la vegetación es suficiente y que el mar no arrastra la tierra hacia urbanizaciones, paseo y acequias de la zona húmeda”, por lo que la solución no sería definitiva todavía.
La zona más afectada es de 1,5 kilómetros y va de la Volta hasta la Ratlla del Terme de Benicarló, que también queda inundada a cada temporal sin que nadie ponga solución a esta inconveniencia que imposibilita la circulación en coche entre Benicarló y Peñíscola a cada temporal.
El conjunto dunar de la zona de Peñismar consiguió el pasado año la certificación de Sendero Azul, como elemento paisajístico que contribuye al uso sostenible del litoral. El Sendero Azul de Peñíscola es uno de los seis que se encuentran en la Comunitat Valenciana y de los veintiséis certificados en todo el país.