La desaparición de un vecino de Benicarló y la posterior aparición de un cadáver incendiado tienen relación. La víctima tenía 33 años y se llamaba Ahmed Elfaghloumi. Ahora la Guardia Civil investiga la muerte. Según ha podido saber este medio de comunicación el desaparecido y su actual pareja volvían a su casa tras cenar en otra vivienda hacia media noche. Mientras su mujer se encontraba en el interior de la vivienda y él estaba en la calle junto al coche varias personas se acercaron a él y le dieron un golpe y lo introdujeron en el vehículo. Otras fuentes señalan que lo habrían rociado con un spray antes de introducirlo en el vehículo. El vehículo utilizado fue un Audi de color gris.
La policía local recibió la llamada de un vecino de Benicarló que fue testigo de los hechos. Iniciaron la huida sin haber cerrado del todo las puertas del vehículo, dando media vuelta en la calle Ibiza, donde golpearon a otro vehículo estacionado y tiraron unas vallas para salir de allí en dirección a Peñíscola. Este joven de 33 años vivía en la localidad con su padre y madre y varios hermanos. Había tenido como parejas una mujer de nacionalidad gitana, otra rumana y, en la actualidad, compartía su vida con una mujer marroquí. “Todo parece que sea por algún ajuste de cuentas y punto”, explicaron. En su entorno no descartan que fueran las drogas o alguna deuda económica el motivo de las amenazas que estaba recibiendo. De hecho en los últimos meses habría sido alertado y recibido amenazas con que a su hermano podía pasarle algo.
Le habrían reclamado una cantidad económica por teléfono en los últimos meses que no habría satisfecho. La existencia junto al cadáver de dinero en metálico, hasta 5000 euros, hace intuir que éste era el principal motivo del suceso. “No iba a la mezquita, estaba en una situación de marginalidad total y nada aportaba a la integración y a la buena imagen del colectivo marroquí de Benicarló”, señalaron otras fuentes. Ahmed tenía un bebé de medio año. Tras casarse con una chica marroquí fijó de nuevo su domicilio en Benicarló. Su familia descarta que la causa de su muerte fuera un ajuste de cuentas ya que lo consideraban una buena persona incapaz de hacerle daño a nadie, que trabajaba en el sector textil. Su familia, que reside en Benicarló desde hace 23 años repatriará su cuerpo a Marruecos, donde será enterrado.