El Festival de Jazz ‘le suena bien’ al sector hostelero de Peñíscola

A cada concierto los restaurantes registran buenas cuentas. “Son gente con dinero y muy selecta”, señala un restaurador consultado La celebración del festival internacional de Jazz de Peñíscola, que este año ha despegado definitivamente situándose en el calendario de los festivales con letras mayúsculas, está siendo especialmente rentable para los restauradores de la ciudad amurallada. Los resultados tras cada jornada de concierto son netamente positivos para toda la localidad y lo serán mucho más la jornada del día 20 en la que Raimundo Amador y BB King, dos estrellas en su campo, atraerán a miles de almas hasta el recinto del puerto pesquero, con capacidad para 4.000 personas. Uno de los restauradores consultados explicó que “cada noche de concierto se suele llenar el establecimiento, con clientes sibaritas, selectos y que no escatiman a la hora de pedir marisco, vinos o productos de calidad”. La situación es radicalmente distinta a otros festivales como el de cine, el Magic Summer u otros eventos organizados desde el sector público. El Jazz sabe mejor con un cuerpo bien restaurado. Uno de los restauradores consultados explicó que la muestra de jazz es el mejor ejemplo del turismo de calidad que agradaría tener a la localidad La promoción no puede ser mejor, música especializada, culta y que atrae a visitantes con capacidad económica. Los nombres programados este año, con Cassandra Wilson, Jeff Lorber, Roberta Gambarini y Lucky Peterson, además de BB King y Raimundo Amador, son una gran promoción, que han convencido a muchos seguidores valencianos y catalanes del jazz a pasar unos días en Peñíscola. Algunos hoteles, como el Gran Hotel Peñíscola, han creado packs de habitación en pensión completa y entradas para los conciertos por cantidades muy ajustadas.