En el marco de las XI Jornadas del Centro de Estudios del Maestrat que se realizan durante este fin de semana en La Salzadella el cronista de Peñíscola, Juan Bautista Simó, ha reclamado al Vaticano que, “de una vez por todas” sea abolida la sentencia de 1417 que condenaba a Benedicto XIII, el Papa Luna, “por anticristo, hijo del diablo y excluido de la Iglesia por rama seca y podrida”. Son distintos los frentes abiertos para tratar de restablecer la dignidad y la memoria de Benedicto XIII y que tuvo Peñíscola como sede pontificia. Por una parte Illueca, su localidad natal, promueve una fundación que lleva su nombre.
El sacerdote de Peñíscola, mossén Manel, ha reivindicado su figura en distintas ocasiones frente al obispado de Tortosa y son distintas las personas y estudiosos que consideran imprescindible la creación en Peñíscola de una fundación especialmente dedicada a devolver el honor perdido a un papa históricamente recordado “como honesto, valiente, sabio, culto y virtuoso”, señala Simó. El sacerdote de Peñíscola se ha brindado a que sea la parroquia la sede de la Fundación Papa Luna.
Este episodio negro de la historia de la Iglesia tan sólo se borrará “cuando quien deba hablar, hable”, señaló Simó en clara referencia a quien puede alterar el agravio al que fue sometido el papa peñiscolano en pleno Cisma.