Àlvar Monfort toca el piano y la trompeta. Con descendencia en Vilafranca y Ares ha creado su propio grupo de Jazz en Barcelona. “Alvar Monfort Quitet” está compuesto por él mismo con la trompeta además de compañeros al saxo tenor, contrabajo, la batería y el piano. Con el quinteto ha recibido el reconocimiento nacional e internacional. En una ciudad, Barcelona “que está saturada de buenos músicos es dificil abrirse camino”. Àlvar comparte su quinteto con su presencia en otras formaciones y con las clases. Su recorrido, corto pero ya muy intenso, le ha llevado al premio en la final del festival de Jazz de Palma de Mallorca.
La Casa de la Música de Vilafranca le ha acogido estos días de puente y sorpresas musicales, también le ha visto actuar junto a la Combo Band de la Universitat Jaume I. Dentro de las actividades de la UJI estaba programada esta actuación en la Vila. Àlvar conoció a los músicos y en un momento desenfundó su trompeta para deleitar a los espectadores junto a los integrantes de la formación universitaria. “Fue muy fácil integrarme con ellos y toda una sorpresa que mientras estaba ensanyando me enterase de la actuación”.
A los 17 años se interesó por la trompeta tras haber estudiado piano. Aunque se licenció en Ciencias Políticas su auténtico mundo es la música. El piano y la trompeta son sus medios de expresión. En su quinteto es el compositor y arreglista de las piezas si bien, en el jazz, la improvisación con argumento es materia básica y principal. Con difentes grupos ha recorrido Europa. Así mismo ha participado en la David Mengual Free Spirit Big Band, uno de los referentes en Catalunya.
Cuando llega a Vilafranca disfruta al ver “la gran cantera de trompetistas o trombonistas que hay, ya que en Catalunya es muy dificil encontrar a profesionales con tanto nivel. Es llamativo que un pueblo con poco más de 2.500 habitantes haya sido la cuna de tantos y tan buenos músicos”. De hecho, Àlvar, mantiene un estrecho contacto con los miembros de la Unió Musical de Vilafranca, especialmente con Ramón Andrés, que toca la tuba. Su actividad le ha llevado a tocar en bandas como la Moyayo Rif o Radio Raheem.
Si bien cuenta con composiciones propias para él y para cualquier músico de jazz pensar en un disco son palabras mayores. De hecho como instrumentista, compositor y arreglista piensa más en los conciertos y actuaciones en directo. “Un disco te lo comprarán los que van al concierto y la familia, sobre todo tratándose de jazz”. Para poder dedicarse profesionalmente a la música, y aunque su pasión es el jazz, ha tocado en orquestas o grupos sardanísticos. Además, las clases que imparte también dan sustento a su verdadera pasión.
Hasta la fecha seguir estudios específicos de jazz únicamente podían cursarse en Barcelona. En Madrid ya se ha abierto la puerta y en Valencia pueden abrirse en un futuro. Àlvar no descarta conocer nuevos campos y explorar nuevos territorios, entre ellos el de sus orígenes para que su trompeta siga sonando con harmónica improvisación.