Inici Express Cuatro personas quedaron aisladas en el Coratxà por la nieve y tuvieron que forzar una vivienda para calentarse

Cuatro personas quedaron aisladas en el Coratxà por la nieve y tuvieron que forzar una vivienda para calentarse

per Redacció
Una llevaneus accidentada al Coratxà

Una llevaneus accidentada al CoratxàLa asociación de establecimientos turísticos de la zona reclamará a la Diputación una mejor coordinación y medios ante nuevos episodios de nevadas. CCOO denunció ayer la situación “límite” que vivieron las brigadas de emergencia

Cuatro personas se vieron sorprendidas la pasada semana por la nieve. Se hallaban en el Coratxà, en la zona más aislada de la Tinença de Benifassà, cuando comenzó a nevar copiosamente. El estado de la carretera impidió que se marcharan.

Nuria Bonet, propietaria de la Hostatgeria Sant Jaume de Coratxà, recibió una llamada telefónica entrecortada en la que intuyó las palabras “dos metros de nieve”, “sin teléfono” y “ni luz ni calefacción”. “Decidí llamar a emergencias explicando la llamada por si necesitaban ayuda”, explicó a www.3×4.info. En opinión de esta empresaria “no es correcto que tardaran más de 24 horas en pasar por allí porque se podrían haber muerto. Llegué a llamar hasta en seis ocasiones a Emergencias porqué pensaba que lo estarían pasando mal a muchos grados bajo cero”, señala. Los afectados, muy asustados, decidieron forzar una puerta de la vivienda de un familiar “donde tenían ropa y leña y resguardarse”. Por fortuna, explica Nuria “no pasó nada, pero podría haberlo pasado de estar alguien enfermo o indispuesto, por eso pedí la asistencia y que se abriera la carretera”, señaló.

Tal y como denunciaron ayer desde CCOO la situación “fue límite”. Unos denunciaron el intenso ritmo de trabajo ante una nevada que desbordó lo esperado. Para Nuria la nevada “cuestiona la economía de los establecimientos y hace dudar a la gente sobre si vivir allí arriba”. En su opinión “gente mayor y otros lo harían, pero no lo hacen por si les pasa algo en medio de una nevada y no pueden salir”, explica.

En la comarca los vecinos estuvieron sin luz desde el jueves a la noche hasta el viernes a las 20 horas. En su caso la situación de incomunicación en la que se halló el pueblo con la parte baja de la Tinença, le supuso un agravio económico considerable ya que tenía un notable número de reservas y 50 personas el domingo, el mejor día de todos. Estas situaciones complican la viabilidad de establecimientos como el suyo después de un mes de febrero prácticamente inhábil y en el que un fin de semana supone el 25% de los ingresos. Bonet cifró en cerca de 3.000 euros el perjuicio que han tenido que soportar. La situación se ha invertido y los viales ya no se abren como antes. “Es inconcebible que 48 horas después de la nevada todavía no hayan abierto las carreteras, la sensación que tenemos es que no se aclararon y trabajaron mucho pero mal”, agrega.

Esta empresaria recuerda que la Tinença no tiene un número infinito de kilómetros de viales, sino pocos y denunció que se cortara la carretera “para que la gente no viera el camión accidentado. A pesar de ello algunos pasaron bajo su responsabilidad”. También lamentó que se abriera un único carril hasta la localidad, con lo que a su juicio “colapsaron la Tinença, al no permitir que se cruzaran dos vehículos”.

¿De quien es la culpa?

Bonet se pidió saber “¿quién es el culpable?” y admitió sentirse “indignadísima” tras más de 12 años con esta clase de situaciones a las que no se pone remedio. “No negamos que han trabajado muchísimo pero igual de manera desorganizada”. En este sentido anunció que la asociación de empresarios pedirá una reunión con la Presidencia de la Diputación, el responsable de Turismo y del Consorcio de Bomberos para que se expliquen “y para trasladarles todo lo que pensamos que se está haciendo mal en la materia y explicarles algunos ejemplos de cómo se actúa por ejemplo en sitios como Andorra en situaciones similares”. Bonet añadió que “tenemos todo el derecho a patalear cuando algo funciona fatal” y las carreteras “son malísimas”. Esta vecina de la zona exigió que el tramo Boixar-Coratxà “no vuelva a ser el último en abrirse en caso de nevadas, porque hablamos de 24 o 48 horas pero es nuestro pan de cada día y no vamos a quedarnos con los brazos cruzados”, concluyó.


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