Muchos establecimientos de Peñíscola, que concentra la mitad de las camas de la provincia, se ven obligados a cerrar en temporada baja, aunque la actividad no cesa No hay turistas y las sábanas cubren los principales elementos a proteger del polvo y la intemperie como ordenadores, sillones y carros de equipaje. La proximidad al mar, los peligros procedentes de causas naturales y la legislación vigente obliga a los responsables de los establecimientos a realizar durante todo el año una completa trayectoria centrada en el mantenimiento. Así los elementos del exterior, son muy vulnerables a la corrosión, por lo que son frecuentes las tareas de repintado y uso de antióxidos en metales y mantenimiento de cerámicas, para evitar mayores costos. [gallery columns="2" link="file" ids="12695,12696"] Algunos de los hoteles tienen piscinas que pueden suponer un grave quebradero de cabeza en casos de temporales, por inundación del paseo o episodios de fuertes lluvias. En estos casos se vacían en un porcentaje de seguridad para evitar desbordamientos. También este año aumentan los controles de la legionella en estas instalaciones y sobre las piscinas, algo que afecta especialmente a esta clase de instalaciones. Así, los nuevos criterios supondrán más controles externos pero también gastos adicionales para los hoteles, aunque desde el sector consideran que será positivo en cuanto se huirá de la posible subjetividad, al determinar qué puntos deben controlarse con muestreos en acumuladores de agua caliente sanitaria y depósitos de agua fría en función del número de habitaciones, medidas correctoras. En el Gran Hotel de Peñíscola serán 22 los puntos en los que se realizarán muestras, entre el hotel y su spa. También a finales de 2013 entró en vigor la nueva normativa sobre piscinas de uso colectivo que aumenta las exigencias sanitarias, y de control, en cuanto a la calidad del agua y del aire de las piscinas de uso público. Los hoteles deberán disponer de un autocontrol plasmado en un registro preferentemente informático, utilizar unos kits que cumplan normas de calidad UNE-ISO 17381 y el personal responsable del mantenimiento y limpieza de las piscinas deberá contar con el título que determine el Ministerio de Sanidad. A la moda También se aprovechan para ir renovando de forma paulatina las habitaciones con colchas, edredones, cortinas y cojines e ir actualizando el hotel a las exigencias cada vez mayores de los clientes que acuden a disfrutar del sol, las playas y el patrimonio. Desestacionalizar La estacionalidad del sector, es algo contra lo que se lucha de forma intensa. El pasado verano el sector creó cerca de 2.500 empleos tan solo en Peñíscola, que agrupa la mitad de las camas y alojamientos disponibles en la provincia. Con la llegada del invierno, los establecimientos van paulatinamente cerrando. En función de la existencia, o no, de planes vacacionales para la tercera edad el cierre se echa de una forma más drástica o menos y a los hoteles les siguen los restaurantes y bares. La administración trabaja paralelamente a través de un Plan de Competitividad en la mejora y creación de un turismo náutico, que puede contribuir al paradigma de la desestacionalización. Si Peñíscola en verano se quedó a niveles de un 6% de paro en julio pasado, lo que supone poco más de 200 parados en el municipio, este porcentaje se triplica a medida que avanza el semestre, hasta superar los 650 parados, de los cuales más de 500 corresponden al sector servicios, frente a los 53 de la construcción, 36 de la industria o 13 de la agricultura, según las cifras del pasado diciembre según los datos del Servicio Público de Empleo.]]>
Cuando los hoteles duermen
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