Aseguran que causan un perjuicio a los locales ubicados en la zona portuaria
La organización del recinto portuario para adaptarlo a usos taurinos con tanta previsión por parte de la Brigada municipal de Benicarló no acaba de gustar a Ciudadanos de Benicarló. A pesar de comenzar los festejos el próximo sábado 22, los elementos metálicos están en pie en la zona desde el pasado día 24 de julio. A ello ha llevado el exceso de trabajo que suponen las fiestas al día a día de este departamento municipal que organizativamente debe anticiparse para cumplir con el programa oficial previsto.
Ciudadanos Benicarló ha propuesto que la instalación de las barreras de los toros en las calles no se instalen hasta una semana antes de las fiestas patronales en honor a Sant Bertomeu. La formación considera que el emplazamiento de este vallado con semanas de antelación provoca un perjuicio a los locales ubicados en la zona. Según el edil de Ciudadanos y responsable de este partido en la comisión de Turismo, Juanjo Cornelles, “uno de los puntos más afectados por la localización de las barreras es la plaza Mestres del Temple”.
“La instalación de las barreras en todo el itinerario de los encierros, como es el caso de la avenida Marqués de Benicarló, ha dejado a las cafeterías y restaurantes de esa zona sin la posibilidad de ver el puerto y sobre todo el mar, por lo que de cara al próximo año vamos a proponer que este cercado se coloque tan sólo una semana antes de las celebraciones”. Otra propuesta que el edil propuso es que la celebración de las fiestas patronales “se tendrían que celebrar la última semana de mes de agosto, ya que de este modo, se conseguiría alargar la temporada turística, lo que repercutiría positivamente en la economía de la ciudad”, apuntó Cornelles.
Casales en fallas
La previsión a tan largo plazo de los organizadores de festejos conlleva molestias de toda clase a la movilidad de los vecinos. En fallas ocurre algo parecido con la instalación de los casales que en ocasiones se instalan con varios fines de semana de antelación, lo que impide la circulación de autobuses, la circulación en coche y el derecho a moverse por el pueblo libremente por los vecinos durante muchos días, con los correspondientes inconvenientes hasta la llegada del fuego purificador.