Todo apunta a que detrás de la explosión, hace escasos días, de un elemento incendiario en la caseta en la que se ubica la maquinaria que extrae el agua de la que se nutre Cervera, está la polémica del emplazamiento de la planta de basuras. Unos desconocidos saltaron la valla metálica del pozo construido por la Diputación en los años 90 para lanzar una bomba incendiaria y huir. La caseta se halla ubicada junto a un camino rural. Tras conocerse los hechos la Guardia Civil precintó la caseta y abrió una investigación.
El fuego arrasó la caseta por su interior y afectó al motor que sirve para extraer el agua del acuífero que hay en la zona. Los cerverinos tuvieron que ingeniárselas con un motor alternativo en caso de avería del principal para proseguir con el suministro de agua a la población. Todavía se puede apreciar la chamusquina desde su exterior. Fuentes políticas consultadas atribuyen los hechos al malestar existente por la ubicación de la planta y vertedero de residuos sólidos urbanos del Consorcio 1. El Plan Integral de Residuos y el Plan Zonal señalaba a Cervera como emplazamiento donde ubicar dichas infraestructuras de recogida, valorización y eliminación de los residuos de 49 municipios.
Desde Càlig señalan que se ha incumplido el contenido del Plan Zonal al optarse por una ubicación no idónea geológicamente. La relación de emplazamientos fue ignorada y se eligió la partida de la Bassa, zona que poseen vecinos de Càlig y cercana a la población para disgusto de muchos caligenses, y ahí comenzó el conflicto. El Consistorio de Càlig -que al igual que Cervera cambió de signo político presumiblemente como consecuencia de los residuos- prosigue con una lucha administrativa contra el emplazamiento con frentes en la vía contenciosa, a nivel Europeo y con acciones más testimoniales que efectivas, como es prohibiendo la circulación de camiones por sus caminos, con la intención de evitar la llegada de residuos y el acceso por su término a la Bassa.
Esta misma semana el diputado Adolf Sanmartín ha defendido a la Conselleria de Medio Ambiente y a su titular, José Ramón García-Antón, por la manera en la que se ha tramitado el emplazamiento de las infraestructuras previstas en el Plan Zonal de Residuos. Sanmartín indicó que, a pesar que García Antón admitió ayer los problemas de filtraciones que la ubicación del vertedero previsto en la planta de basuras en la partida de la Bassa de Cervera podría acarrear sobre el acuífero de la zona, la tramitación prosigue y la semana que viene “se ocuparán los terrenos y el Consistorio dará en enero las licencias de obras para comenzar la construcción de la planta de reciclaje”. Ello conlleva la necesidad de otros terrenos, a pesar que la expropiación de fincas que no serán utilizadas prosigue administrativamente.
Sanmartín y el conseller, de signos políticos distintos, coincidieron en agradecer el ofrecimiento de Benicarló a acoger una planta con tecnología puntera, para la que se disponen terrenos y financiación, que daría una salida rápida al problema de gestión de los residuos y acabarían con las rencillas entre Càlig y Cervera. Pero se ha dado una vuelta de tuerca más y parece que el futuro emplazamiento podría ubicarse un kilómetro y medio más cerca de Càlig si finalmente prosperan los emplazamientos que empresa y técnicos de Cervera y la Conselleria buscan. Càlig ha reclamado que se adopten medidas cautelares para proteger los derechos de los afectados y el pueblo de Càlig y comunicará la nueva situación al Fiscal Jefe de Castellón y a Bruselas, donde ya consta una queja de la Plataforma y Consistorio.